miércoles, 7 de abril de 2010

Miércoles reflexivo

Quién me iba a decir que el destino era esto...

Ver la lluvia a través de letras invertidas,
un paredón con manchas que parecen pro-hombres,
el techo de los ómnibus brillantes como peces
y esa melancolía que impregna las bocinas.

Aquí no hay cielo,
aquí no hay horizonte.

Hay una mesa grande para todos los brazos
y una silla que gira cuando quiero escaparme.
Otro día se acaba y el destino era esto...

Es raro que uno tenga tiempo de verse triste:
siempre suena una orden, un teléfono, un timbre,
y, claro, está prohibido llorar sobre los libros
porque no queda bien que la tinta se corra.

DUDAS
(Mario Benedetti)

Porque tus dudas, son también las mías, y estoy sonriendo, aún con el corazón un poco duro, para que no me lo maltraten, aunque te parezca mentira.
¡Qué me contagie la alegría, esa enfermedad sí la quiero siempre conmigo!

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